AMOR DE ESCALERA

 

                                                AMOR DE ESCALERA

Por Benito Baluade





Capítulo 1: El encuentro


El edificio de la calle Solís era un viejo testigo de historias cotidianas. Sus paredes, gastadas por el tiempo, guardaban secretos de risas, lágrimas y susurros. En el tercer piso, vivía Clara, una joven escritora que buscaba inspiración en los pequeños detalles de la vida. En el segundo, estaba Mateo, un músico que pasaba sus días componiendo melodías que solo él entendía.




Fue un martes por la mañana cuando sus caminos se cruzaron. Clara bajaba las escaleras apresurada, cargando una pila de libros que amenazaba con caerse en cualquier momento. Mateo subía, distraído, tarareando una canción que solo existía en su cabeza. El choque fue inevitable. Los libros cayeron al suelo, las partituras de Mateo volaron por los aires y, por un instante, el mundo pareció detenerse.


—Lo siento mucho —dijo Clara, arrodillándose para recoger sus cosas.
—No, soy yo el que debería disculparse —respondió Mateo, ayudándola.

Sus miradas se encontraron, y algo en el aire cambió. Era como si el universo hubiera decidido que ese momento fuera el inicio de algo más grande.



Capítulo 2: Las casualidades


A partir de ese día, Clara y Mateo comenzaron a cruzarse con más frecuencia. A veces era en la escalera, otras en el pequeño ascensor que siempre parecía a punto de fallar. Cada encuentro era breve, pero suficiente para que ambos sintieran una conexión inexplicable.


Clara descubrió que Mateo tocaba el piano en las noches, y el sonido de su música se colaba por las paredes de su apartamento, convirtiéndose en la banda sonora de sus tardes de escritura. Mateo, por su parte, notó que Clara dejaba pequeños poemas en el buzón de correos, como si quisiera compartir un pedazo de su alma con el mundo.


Un día, Clara decidió dejarle un poema directamente en su puerta:

"En la escalera del tiempo,
nuestros pasos se encontraron.
¿Será el destino un pretexto,
o simplemente un sueño compartido?"

Mateo lo leyó y sonrió. Esa noche, compuso una melodía inspirada en esas palabras.



Capítulo 3: El verso en la escalera





Una tarde, mientras Clara subía las escaleras, notó algo escrito en una de las paredes, justo al lado del descansillo del segundo piso. Era un verso, escrito con letra pequeña y delicada:

"En cada escalón que subo,
tu nombre repito en silencio.
¿Será que el amor se esconde
en los rincones del tiempo?"

Clara se detuvo a leerlo una y otra vez. Algo en esas palabras le resonó profundamente. Al día siguiente, decidió responder. Con un marcador fino, escribió debajo:

"Si el amor vive en las escaleras,
cada paso es un latido.
Y en este viejo edificio,
nuestro destino está escrito."


Mateo encontró el verso al día siguiente. No podía creer lo que leía. Era como si Clara hubiera puesto en palabras lo que él sentía. Decidió continuar el diálogo poético y escribió:

"Las escaleras son testigos
de mi corazón que late por ti.
Cada peldaño es un abrazo,
cada encuentro, un porvenir."

Así comenzó un juego de versos que se extendió por semanas. La pared de la escalera se convirtió en su lienzo, un espacio donde ambos expresaban lo que no se atrevían a decir en voz alta.



Capítulo 4: Confesiones

Las semanas pasaron, y la tensión entre ellos creció. Finalmente, una tarde de lluvia, Clara tocó la puerta de Mateo.

—¿Puedo entrar? —preguntó, con un brillo especial en sus ojos.
—Claro —respondió él, haciendo espacio.




Dentro, el apartamento de Mateo era un caos organizado. Partituras, instrumentos y tazas de café vacías decoraban el espacio. Clara se sentó en el sofá, nerviosa.

—He estado pensando —comenzó—. Estos últimos meses han sido... diferentes. Cada vez que te veo, siento que hay algo que no puedo ignorar.
Mateo la miró, sorprendido pero contento.


—Yo también lo he sentido —confesó—. Pero no sabía si tú...

No terminó la frase. Clara se acercó y, en un gesto valiente, le tomó la mano.

—Tal vez no necesitemos palabras —susurró.



Capítulo 5: Amor de escalera


A partir de ese momento, Clara y Mateo se convirtieron en inseparables. Sus días se llenaron de risas, conversaciones profundas y momentos que parecían sacados de un cuento. El edificio de la calle Solís fue testigo de su amor, un amor que nació en las escaleras y creció en cada rincón de sus vidas.



Años después, cuando ya no vivían allí, los vecinos aún recordaban a la pareja que siempre parecía estar en su propio mundo. Y aunque el tiempo pasó, Clara y Mateo nunca olvidaron que su historia comenzó con un choque fortuito en una escalera, donde el destino les susurró al oído que estaban destinados a encontrarse.


El verso en la escalera permaneció allí, como un recordatorio de que el amor puede florecer en los lugares más inesperados. Y cada vez que alguien lo leía, sentía que el edificio de la calle Solís guardaba un secreto mágico: el amor de Clara y Mateo, un amor de escalera.


Fin

Amor de Escalera es una historia sobre cómo las pequeñas coincidencias pueden cambiar nuestras vidas para siempre. Una novela que nos recuerda que el amor puede encontrarse en los lugares más inesperados, incluso en un viejo edificio lleno de escaleras y susurros. Y, a veces, un simple verso escrito en una pared puede ser el comienzo de algo hermoso.

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